Los asesinos de la luna: la obra maestra de Scorsese

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Los asesinos de la luna,  la obra maestra de Scorsese retrata el crimen oculto de Estados unidos

John Freddy Alvarez Garcia | Noticias

La nueva película del aclamado director Martin Scorsese, Los asesinos de la luna, se estrenó el pasado 20 de octubre en los cines y en la plataforma Apple TV+, cosechando elogios de la crítica y el público. 

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Foto | Aire Digital

Basada en el libro homónimo de David Grann, la cinta narra una historia real y escalofriante: los asesinatos en serie de los miembros de la tribu Osage del noreste de Oklahoma en la década de 1920, tras el descubrimiento de petróleo en sus tierras.

Un reparto de lujo

Scorsese vuelve a contar con dos de sus actores fetiche: Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, quienes interpretan a Ernest Burkhart y William Hale, respectivamente. Burkhart es un granjero blanco que se casa con Mollie (Lily Gladstone), una joven indígena Osage, mientras que Hale es su tío, un poderoso ganadero que orquesta una trama para eliminar a los Osage y quedarse con sus riquezas.

DiCaprio y De Niro ofrecen unas actuaciones magistrales, llenas de matices y complejidad, que reflejan la ambición, el engaño y la crueldad de sus personajes.

Pero si hay una revelación en el filme, esa es Lily Gladstone, una actriz nativa americana que da vida a Mollie, la protagonista femenina. Su química con DiCaprio es palpable, y su personaje se convierte en el corazón de la historia.

Un fresco histórico y social

Los asesinos de la luna no es solo un thriller policíaco, sino también un retrato histórico y social de una época y un lugar marcados por el racismo, la corrupción y la violencia.

Scorsese recrea con maestría el ambiente de la Oklahoma de los años 20, donde conviven los indígenas Osage con los colonos blancos, los vaqueros, los mafiosos y los agentes del FBI. 

La película muestra cómo los Osage pasaron de ser considerados los indios más pobres a los más ricos del mundo, gracias al petróleo, pero también cómo sufrieron una persecución sistemática por parte de quienes codiciaban sus recursos.

La investigación de los crímenes corre a cargo del agente Tom White (Jesse Plemons), un ex ranger de Texas que trabaja para el joven J. Edgar Hoover (Gary Basaraba), el director del FBI. 

La película retrata el nacimiento del FBI como una institución moderna y profesional, pero también cuestiona su papel en la protección de los derechos de los indígenas.

Una obra maestra del cine

Los asesinos de la luna es una obra maestra del cine, que confirma a Scorsese como uno de los mejores directores de todos los tiempos. Con una duración de más de tres horas, la película no pierde ritmo ni interés en ningún momento, gracias a un guion sólido y a una dirección impecable.

La fotografía de Rodrigo Prieto es espectacular, captando la belleza y la crudeza del paisaje. La música de Robbie Robertson acompaña perfectamente las escenas, creando una atmósfera envolvente. El montaje de Thelma Schoonmaker es preciso y fluido, alternando secuencias de acción, suspense y drama.

Los asesinos de la luna es una película imprescindible para los amantes del cine, que no deja indiferente a nadie. Es una historia que merece ser contada y recordada, porque revela una parte oscura y olvidada de la historia de Estados Unidos. Es también un homenaje a las víctimas y a los supervivientes de los asesinatos de la luna, que lucharon por la justicia y la dignidad. Es, en definitiva, una obra de arte que demuestra el poder del cine para iluminar la verdad.