Darinel Pineda Alhucema | Reseñas de Películas
Christopher Nolan ha lanzado una nueva entrega, una película que prometió conmover al espectador y efectivamente lo ha conseguido, “Oppenheimer” es una de esas películas que quedan retumbado en tu cabeza luego de salir del cine; aquí, nos adentramos en la vida de Robert Oppenheimer, director del proyecto Manhattan y considerado el padre de la bomba atómica, somos testigos de sus conflictos, sus dualidades y obstáculos.
El suspenso dentro del Biopic
Nolan nos retrata de manera magistral la tensión que este personaje tuvo que sufrir durante su vida, y lo hace sin hacerlo ver como una víctima, pues ha sabido como contar este biopic desde un punto de vista diferente, desde un género diferente: El suspenso.
¿Cómo maneja el suspenso en Oppenheimer?
Pero ¿Cómo lo hace? ¿Cómo nos entrega suspenso de algo que ya sabemos?
Pues la respuesta está en que en realidad no sabemos todo, conocemos que creó una bomba atómica, pero no sabemos cómo, y es aquí donde él ahonda, rebusca en la vida personal de Oppi, en sus infidelidades, en la gente que lo rodeo en el proyecto y en las consecuencias de su propia creación.
A estos acontecimientos, hay que añadirle la música de Ludwig Göransson, que acompaña y nos entrega momentos de tensión que nos eriza los vellos con solo escucharla, una gran obra que baila con las escenas como una pareja de enamorados, con una química inigualable.
¿Qué criticas ha recibido la película?
Una de las críticas que ha recibido la película es la poca exactitud científica al momento de explicar los conceptos técnicos de la bomba atómica, sin embargo, si quisiéramos saber los aspectos cuánticos de la bomba ¿No tenemos ya documentales o excelentes clases de física cuántica en Youtube? El cine no está para eso, el cine está para conmover, para emocionar, y esto solo se logra si recibimos información de la intimidad de los protagonistas.
A opinión personal, es de las mejores películas que nos ha entregado el director, como siempre nos inmersa en momentos de emoción que, aunque no estemos acostumbrados a ver cine de tres horas, con Nolan la duración pasa a segundo plano.