La sociedad de la Nieve

Y es que este largometraje no ha pasado desapercibido, pues, aunque ya tengamos dos películas que narren la misma historia (“Supervivientes de los andes” de 1976 y “Viven” de 1993”) Bayona ha sabido entregarnos una visión más oportunidad de la cinta, una más respetuosa.

Conexión con la historia 

Debemos empezar por los actores y su relación con la historia real, pues, es sabido que este accidente les sucedió a víctimas uruguayas, por lo tanto, cuando vemos una película como la del 76 interpretada por actores norteamericanos, se nos es difícil acercarnos a su credibilidad, sin embargo, cuando vemos esta versión de Bayona, cuyo elenco es en su totalidad uruguayo y argentino, nos permite conectarnos aún mejor con la historia, agregándole un valor de naturalidad y respeto a los sucesos reales.

Y ya que hablamos de respeto, es importante resaltar su gran uso en esta película, pues si bien la parte más morbosa de la historia es ver como estos supervivientes tuvieron que alimentarse de sus propios amigos fallecidos para no morir de hambre, Bayona no se aprovecha de esto para impactar al espectador, todo lo contrario, lo asume con demasiado respeto y delicadeza, escondiendo al público  cualquier escena brusca de desmembramiento y tratándonos como unas víctimas más a quienes se  les ocultaba esta acción para no volverse locos.

¿Cómo Bayona convierte un suceso trágico en una brillante narración?

Además, cuando se trata de mostrar los cuerpos esqueléticos de los fallecidos, estos simplemente se muestran como una utilería más de la imagen, más no la enfocan en ningún momento para  incrementar su importancia y morbo, siempre fueron más importantes las víctimas que el morbo de ver la carne.

De igual forma la narración es un punto a destacar en este film, pues la decisión de que quien contara  la historia sea de un fallecido y no de un sobreviviente, le agrega respeto y espíritu a la cinta, pues si se hubiese decidido escoger a un superviviente como narrador, el enfoque habría cambiado, y se hubiese sentido como si los únicos que quedaron vivos fuesen unos héroes que están ahí para contar la historia. 

En cambio, al ser narrador un fallecido, nos hace sentir como si nos hablara desde el más allá, como esa voz que no pudo hablar, como esa víctima que no pudo sobrevivir, y es ahí cuando resalta la misma pregunta que la película se plantea ¿Son héroes o víctimas?

Una ejecución magistral 

Conclusión

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